Sinopsis

Kat tiene una vida normal. Solo una cosa no cuadra en ella: su nuevo vecino, Ethan Mckenzie.
Luego del accidente con su hermana Liz, todo apunta hacia Ethan. Él guarda un enorme secreto y ella esta dispuesta a descubrirlo.
Aunque eso implique un gran riesgo...
Las playas de Australia, con su interminable sol y sus codiciadas olas, serán testigos de la mayor aventura que pueden vivir dos jovenes con un romance peligroso.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Capitulo 2: Cuarta parte


Caminamos por la playa dejando el coche en el estacionamiento del restaurante. En poco tiempo, llegamos a nuestro lugar favorito. Una zona en la que generalmente había gente joven, Brianna lo adoraba.
Nos recostamos en la arena sobre unas mantas verdes manzana que ella había llevado. Me puse mis lentes de sol y me quedé mirando las tablas que desaparecían en las enormes olas. La tarde era perfecta, la primavera hacía que estuviéramos llenos de días como aquel.
A un costado nuestro, había un grupo de chicos jugando vóley en la arena, según Brianna, eran súper “monos”. Detrás, se encontraba un pequeño parador con paredes hechas de troncos de árboles, que siempre tenía gente tomando jugos tropicales o comiendo nachos mexicanos.
Algunas veces, Liz, Brianna y yo, habíamos ido a tomar juegos. A mi hermana le encantaba el coco y en aquel lugar servían los jugos de frutas en carcasas de cocos, con pequeños paragüitas de colores atados en las pajitas.
A mí me gustaban unos licuados de mango que preparaban con frutillas de papel que se enganchaban en el borde del vaso; y Brianna prefería otros de hielo picado, pulpa de frutillas y colorante rojo que se servían en vasos descartables de colores, con azúcar pegada en el borde.
  -Quiero esos de frutillas, ¿te invito el de mago explosivo?
  -Me has leído la mente.
Miré a Brianna mientras se alejaba hacía el mini bar y eché un pequeño vistazo al estacionamiento de la playa. Recordé que habíamos dejado el coche en Sorrento. Me puse a ver si, tal vez, encontraba el auto de alguien conocido, pero en su lugar solo vi el Jeep CHEROKEE rojo que había frente al restaurante.
Seguramente era una coincidencia, tal vez era alguien que estaba en la paya repleta de gente. Por detrás de mi hombro, intenté mirar disimuladamente para ver si reconocía a alguien que estaba junto a nuestras mesas. Pero ningún rostro me parecía conocido, por lo general, cada cara quedaba grabada en mi mente. Pero no aquella tarde.
En pocos minutos, Brianna apareció con un vaso de “mango explosivo” en una mano y otro de “frescura natural”.
  -¿Se puede saber a quién miras tanto, acaso buscas a alguien?
  -El Jeep rojo que estaba en Sorrento está aquí también.
  -Sí, y el problema es…
  -No sé, pero ¿no nos estarán siguiendo?
  -Por favor Kat- acomodó los anteojos y bebió un poco de jugo- es una persona con tanto tiempo libre como para seguir a dos chicas un sábado por la tarde. Señor/señora, necesita una vida ¡ya!
  -No es eso, pero es… extraño.
  - Yo creo que estás paranoica, agarra el vaso, mira los chicos y disfruta de la tarde.
Hice caso a los consejos de Brianna, seguramente estaba enloqueciendo por el estrés y la cantidad de cosas que pasaban por mi mente.

2 comentarios:

  1. Hola Escritora! Dejo este comentario para decirte que siento no haberme pasado a leer tu novela pero he estado muy ocupada con los exámenes y apenas he tenido tiempo libre.
    Pero como ya han terminado, me voy a leer todos los capítulos que has publicado, a si que en cuanto los lea, te digo qué me han parecido!
    un beso

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    Un beso :D

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